sábado, 24 de octubre de 2020

El consejero que no quería cazarse los dedos

Gimeno, el actual consejero de Educación del Gobierno de Navarra, huye de la democracia sindical porque no quiere cazarse los dedos. La expresión la recojo de una advertencia que le hizo al consejero entre 2015 y 2017, Mendoza, su entonces director general de universidades y recursos educativos, cuando ante la petición de todos los sindicatos de enseñanza concertada para que reabriera la mesa negociadora a 3 bandas entre el Departamento, los Sindicatos y las Patronales, le advirtió, en presencia de los/as liberados/as sindicales: "si convocas esa mesa puedes cazarte los dedos".

Seguramente el actual consejero socialista también recibiría ese consejo cuando al acceder al cargo en agosto de 2019, intentó repescar a ese mismo director general para su departamento. Aunque en el tema de concertada dio algunos pasos en la línea de Mendoza y de su sucesora Solana (ambos de Geroa Bai), reuniendo dos veces la mesa a 3 bandas y prorrogando el acuerdo anterior, pronto cambió de rumbo, siguiendo el consejo de quien, por un lado rechazó el cargo, pero por otro mantenía su ascendiente sobre el equipo de responsables del departamento que había ejercido esos puestos de confianza política en los años más duros de los recortes del gobierno de UPN. Equipo que ahora lo hace, inexplicablemente, con un consejero del PSN.

Dejando claro que ningún/a funcionario/a está obligado a aceptar nombramientos de confianza política, y si lo hace está sujeta/o a la crítica política, el funcionariado es una pieza clave en la administración pública, y muchos vimos como un acierto el planteamiento del anterior gobierno de confiar los cargos al funcionariado, del que esperamos que también tenga elementos que apuesten por políticas de izquierdas, de defensa de las personas trabajadoras, de reversión de recortes y mejora de las condiciones laborales, de control del dinero público. Sin embargo el problema fue, en un primer momento, no saber encontrar en dicho cuerpo a las personas adecuadas, sin mochilas, a veces de décadas, de servicio a la derecha y sus políticas, en cargos de confianza; y posteriormente, acabar confiando en ellas/os durante demasiado tiempo, hasta cesarlas/os cuando el daño ya estaba hecho.

Son varios los ejemplos de dicho perjuicio al sistema educativo y al gobierno del cambio. Aunque me voy a centrar en el problema de las plantillas de la educación concertada, antes aporto otro ejemplo muy significativo: las oposiciones de educación de 2016. En cuanto se conoció su planteamiento, Mendoza fue acusado de actuar por criterios políticos al convocar muchas más plazas en euskera que en castellano, mientras él decía que los criterios habían sido técnicos. Y así era, su equipo había aplicado los criterios técnicos de lo que se podía hacer, pero en base a los criterios políticos fijados tiempo atrás por el gobierno de UPN. Esto es lo que había que haber cambiado, pero no se hizo, y así la desproporción entre las plazas en euskera y en castellano habría sido mucho menor, y la polémica inexistente. Con los criterios políticos de UPN, de imponer el PAI o Programa de Aprendizaje en Inglés de numerosas asignaturas, nuestro sistema educativo navarro no necesitaba apenas maestras/os en castellano sino en inglés, pero el RDL 7/2007 impedía exigir requisito de titulación en lengua extranjera para plazas de maestra/o generalista, como se impide en cualquier país. Con los criterios que debería haber tenido el gobierno del cambio, desvelando la chapuza del PAI y desmontándolo progresivamente, la OPE hubiera planteado un cupo de plazas en castellano similar al que ahora se va a convocar para cumplir una sentencia judicial que ha tenido en vilo, hasta hace poco, a quienes sacaron su plaza en euskera.

Centrándome de nuevo en la enseñanza concertada, el daño fue tremendo para las plantillas de la misma y también para el gobierno del cambio. Para este último lo fue porque tuvo en pie de guerra a las/os más de 3.000 profesionales del sector durante todo el año 2016, y desde finales de 2017 dejó profundamente defraudado al grueso del colectivo.

Al margen de la crítica a las personas con la máxima responsabilidad política en el cuatripartito del cambio, que no hicieron caso a los competentes equipos que les ayudaron a llegar al poder, quienes como funcionarias/os aceptaron seguir en cargos de confianza como los que habían tenido en la etapa del gobierno de UPN, y han vuelto a aceptarlos con el consejero del PSN, siguieron con la inercia de trabajar para las patronales desde el gobierno, y continúan en ello.

La primera prueba la tuvimos, los/as liberados/as de los distintos sindicatos de enseñanza concertada, cuando en otoño de 2015 nos entrevistamos con el director general antes mencionado, que estaba acompañado por el entonces ecónomo del departamento, recién aterrizado tras haber estado años como ecónomo del hospital con el gobierno de UPN. Cuando les planteamos que en los primeros presupuestos del gobierno del cambio debía aprobarse la subida salarial del 1% para las plantillas de enseñanza concertada, como iba a hacerse con las de la pública, pues a todos se nos bajó por igual en tiempos de UPN, su respuesta fue que no, que antes tenían que devolver a la patronal lo que supuestamente le debían, y que su relación como Departamento era con esa organización empresarial, y no con los sindicatos representativos de sus trabajadoras/es, a quienes por ley, el departamento de Educación abona la nómina cada mes. Lo tenían tan claro, que habían introducido, con ingeniería presupuestaria, en el proyecto de presupuestos, una partida de 500.000 € para la patronal, aunque muy bien disimulada y casi imposible de detectar, que luego encauzarían hacia donde tenían previsto desde el principio: a devolver a la patronal parte de un préstamo que ésta hizo a la presidenta Barcina cuando en 2012 le dio 4 millones de euros para que el gobierno pagara la extra de navidad a las plantillas de enseñanza concertada. 

Los sindicatos nos enteramos de esto cuando, una vez aprobados los presupuestos de 2016, sin esa partida, que tumbaron los socios del gobierno, las patronales nos llamaron a una reunión el 19 de febrero. Buscaban que nuestras movilizaciones en pro de la subida del 1%, que no había sido incluida en los presupuestos pero que el cuatripartito prometía abonar, modificando los módulos de concertada, fueran también para que sus organizaciones recuperaran el dinero perdido. De hecho Barcina no les había devuelto los 4 millones, sino solo 500.000 € en las postrimerías de su mandato. El modus operandi del departamento había sido el siguiente: el gobierno de UPN aprueba un acuerdo el 3 de junio de 2015 (una vez perdidas las elecciones) que no se publica en ningún sitio, por el cual mueve fondos hacia las distintas partidas que financian las diferentes etapas de enseñanza concertada, pero que en realidad acaban en las arcas de las patronales, cuyo presidente había prestado su centro escolar y su persona misma para un mitin de UPN en la última semana de campaña electoral, después de advertir a las plantillas que no votaran a ciertos partidos.

En dicha reunión de febrero las patronales nos amenazaban con no renovar más el acuerdo de concertada que vencía a finales de agosto, en caso de que ellas no recibieran también el dinero que reclamaban. Por primera vez, las patronales daban la impresión de no tener interlocución con los responsables del departamento. Los sindicatos sabemos muy bien que las patronales, a diferencia de las/os trabajadoras/es, tienen otras fuentes de financiación, como las cuotas de las familias, y no nos preocupamos de la reivindicación patronal, sino que seguimos todo el resto del año movilizándonos por el 1% de subida salarial para 2016, que el cuatripartito nos había prometido pero que nunca cumplió.

Lo que sí hizo el consejero Mendoza fue retomar desde agosto de 2016 una mesa de negociación a 3 bandas, entre el Departamento de Educación, los Sindicatos y las Patronales, que no se reunía desde los tiempos de su antecesor en el cargo de CDN, allá por 2008. Al parecer no temía cazarse los dedos, y le agradecimos su valentía. Para cuando el proceso iniciado con esa mesa culminó un año después, con un acuerdo con el 86% de la representación sindical, el departamento de Educación había sufrido ya cambios en todos los niveles de su equipo, y la nueva consejera firmó ese acuerdo. Año y medio después, intentó firmar otro en víspera electoral, pero retiró la propuesta quizá porque, aunque de nuevo iba a contar con el 86% de apoyo sindical, sentía que se estaba cazando los dedos.

La pandemia que padecemos actualmente ha demostrado, para quien no lo quería ver con anterioridad, que aplicar recortes en los servicios públicos termina matando, y mucho. Matando vidas humanas, pero también matando la calidad del sistema educativo, con alumnado y profesorado como principales afectados. Algunos nos habíamos negado en 2012, y nos negamos tanto en el acuerdo de 2017, como en el intento de renovación de 2019 y en el nuevo acuerdo de 2020, a firmar recortes en el servicio público básico que es la educación, centrados en sus profesionales, y lamentamos profundamente que el primer gobierno progresista de Navarra en décadas, y nada menos que 2 sindicatos de clase, terminaran viendo como un mal menor, aplicar a las plantillas de concertada recortes en sus condiciones laborales, en cuanto a formación, recolocación y reducción horaria por edad. Con esa firma se cazaron los dedos. Esperemos que la autocrítica que tanto suele costar hacer a los poderosos, vaya abriéndose camino con el tiempo, para no caer en el futuro en errores tan evidentes. En esta clave interpreté recientemente unas palabras de la ex-lehendakari, cuando puso en valor, en Navarra TV, la solvencia que habían dado a las finanzas navarras, pero dudó de si no habían sido tacaños en alguna medida. Ojalá no se olvide a futuro, aunque aduladores de todo tipo digan que el traje del Emperador es precioso. Al menos este verano han visto las manchas que tenía y entre todos se las hemos quitado, pero siguen sin ver las manchas de 2012 y 2017, o al menos no les quieren dar importancia.

Quizá les nuble la vista la terapia del shock que se nos suele aplicar en las situaciones de crisis: se nos amenaza con retrocesos tremendos para que aceptemos como menos malo algún retroceso. Para terminar de asumirlo, se nos presentan algunas medidas positivas, como las que se mantuvieron en el Acuerdo de septiembre de 2017 respecto a pactos anteriores, también las nuevas mejoras que se añadieron en cuanto a adelanto de las sustituciones en algunos casos, o intentar una mayor transparencia en la contratación y mantener la subida salarial en el mismo porcentaje que al personal público, que se nos estaba abonando desde principio de año, a raíz de las movilizaciones. Esto último se condicionó a firmar el acuerdo, cosa que no ha hecho el gobierno actual, que ha aplicado la subida salarial de 2020 sin condiciones. Quizá sea lo único que ha hecho bien, aunque se ha quedado corto en la cantidad, y hemos recurrido a Comptos y al Ararteko para que nos digan a dónde ha ido parte del dinero que el Parlamento destinó a las plantillas.

Ya he dicho al principio que el actual consejero socialista no quería cazarse los dedos, y quizá por eso hizo caso al viejo equipo de UPN que él mismo repescó para que le acompañara, y no convocó más a la mesa a 3, después de haberla reunido en 2 ocasiones en sus 4 primeros meses de gobierno. Como el significativo aumento de financiación para concertada que consiguió introducir en el proyecto de presupuestos para 2020, y que le hubiera permitido cumplir con la Ley 4, 2019 (que obliga a acabar con los recortes en Educación derivados del RDL 14/2012 de Rajoy), su equipo tan teledirigido por las patronales acabó desviándolo, al parecer*, en una parte significativa hacia reivindicaciones de dichas organizaciones, el consejero entendió que no tenía margen para lograr un acuerdo digno con los sindicatos, y los expulsó de la mesa, como quería al menos parte de la patronal. Luego lo revistió de razonamientos más o menos legalistas, pero muy poco convincentes para alguien que se presente como socialista y demócrata.

Su punto más bajo lo padeció el consejero cuando su propio socio de gobierno se alió con la oposición para sacar adelante la Ley Foral 14/2020 que impedía aplicar los nuevos recortes en reducción horaria por edad y complemento por JPA, al personal de concertada. Hasta Dulanz le dijo que no podía ir contra el 99% de la representación sindical, y su compañero de filas y vicepresidente del gobierno quitó importancia a dicha ley diciendo que respondía a la geometría variable.

Las patronales, encantadas, habían llegado a la apoteosis: echaron de la mesa a los sindicatos, negociaron con Educación parte del dinero que los presupuestos habían aprobado para las plantillas, aceptaron negociar solo con Educación un acuerdo de bases que incluía nuevos recortes para las plantillas, buscaron una ínfima legitimidad firmando a finales de junio un acuerdo de patronales con el 1% de la representación sindical del sector, y han conseguido que en septiembre se adhiera a él otro 85% (una vez cambiada la redacción según dicha Ley F 14/2020), con la garantía de que sus peones en el departamento lo van a aplicar encantadas y harán todo lo posible para que el consejero ni se plantee recurrir esa ley. La patronal en su máximo apogeo. El consejero no sabemos si sentirá que se ha cazado los dedos, pero está claro que ha vendido su alma al diablo.

domingo, 13 de septiembre de 2020

Vivencias inolvidables del confinamiento

Comencé a escribir esta entrada cuando todavía seguíamos en Estado de Alarma, aunque con el alivio de las medidas que traía cada nueva fase de la llamada desescalada, ya entonces parecía que el confinamiento estricto había sido mucho tiempo atrás. Quería, antes de que volviéramos a eso que yo llamo la nueva anormalidad, tratar de fijar algunas de las vivencias que quedaban en mi memoria de ese inaudito confinamiento. El final de curso tan ajetreado y las vacaciones tan raras, llenas de interrupciones y de incidencias, han hecho que retrasase la publicación de esta reflexión, sin la cual tampoco puedo pasar página y seguir escribiendo. Voy por tanto a ello, ahora que mediado septiembre vuelvo de lleno a mi actividad laboral.
En primer lugar diré que, aunque me quejé mucho de no poder salir a pasear en solitario (como lo llevo haciendo 40 años seguidos por el mismo trayecto durante una hora diaria) y tuve que suplirlo recorriendo miles de veces el largo y sinuoso pasillo de mi casa, la reclusión por tantos días en el hogar me suscitó también sensaciones inesperadamente placenteras.
Siguiendo a Rilke y su afirmación de que la infancia es la verdadera patria del ser humano, el confinamiento ha tenido para mí mucho de retorno a la patria de la infancia. Desde que en la adolescencia la abandoné, saliendo de casa todos los días del año (salvo enfermedad o inminencia de un decisivo examen), primero para pasar el rato con los amigos; más tarde para pasear o ir al cine con mi novia, y después para innumerables reuniones en todo tipo de plataformas de compromiso militante durante décadas, reducidas al mínimo durante los años de crianza de los hijos, y recuperadas con intensidad en los últimos lustros; nunca había vuelto a sentir tan presentes, y agradables, paradójicamente, algunas sensaciones de la vida casera de la infancia, entre los íntimos, dentro de las cuatro paredes del hogar, comunicado con la calle por el balcón, en el que jugábamos a la china, o patinábamos, y desde el que veíamos pasar a la gente. Hoy no tengo balcón, tristemente, pero las ventanas han hecho un poco esa función de contacto con el mundo exterior, y además con una complicidad emocionada con vecinos desconocidos, a la hora del aplauso diario.
Para el cuarto día, ya había captado la trascendencia de lo que estaba ocurriendo, y publiqué en mi blog un texto titulado "Reflexiones desde un confinamiento concienciador". Pero también por esos días ya me había sumergido por completo en la nueva realidad de una vida reducida al hogar, en mi nuevo papel de las etxekoandres de antes, a tiempo completo, pues a la señora que nos ayuda en la limpieza semanal le dimos permiso retribuido. Este papel ya lo había desempeñado sobre todo en los veranos, pero nunca antes lo había hecho como encerrado en un convento de clausura. Recuerdo cuando visité uno de éstos y pregunté a los monjes qué era lo más duro de una vida tan retirada, y la sorpresa que me causó que lo peor no era haber abandonado una cátedra universitaria o la capacidad de moverse libremente por el espacio exterior, sino que lo más difícil era la convivencia, incluso con aquellos con los que no se podía hablar en la clausura. En la mía sin embargo, la convivencia no se resintió en ningún momento, y estoy orgulloso de que mi papel haya sido decisivo en ello, disfrutando de procurar buena acogida y servicio completo a una esposa desbordada por el trabajo anti-COVID y a un hijo periodista freelance, volcado en reflejar el confinamiento desde la calle, con su carnet en el bolsillo, con la pluma y con su cámara de fotos.
Apenas me quedaba tiempo libre para nada, desde luego no para ver series como tanta gente hacía, pues además de hacer la compra (también para mi madre y mi suegra), limpiar la casa y cocinar todas las comidas de los 7 días de la semana, las jornadas laborales (y a veces momentos de las festivas también) teletrabajaba con mi ordenador y mi teléfono.
Internet fue mi tabla de salvación para no caer en los 100 metros cuadrados de neurosis, que afectaban a tantas amas de casa de nuestra infancia. La red ha sido vital en mantenerme unido al mundo, a pesar de estar encerrado, y estrené las videollamadas de whatsap, leí cosas interesantísimas sobre la situación, celebré incontables telereuniones, interactué en twitter y facebook, donde me ayudó mucho recordar antiguos viajes o salidas que ahora no podía hacer.
Los fines de semana, en que mis cohabitantes también trabajaban, procuré distinguirlos de los días de labor. Así, ya desde el jueves iba comprando algún capricho para cenar el viernes y el sábado, y darle un aire de encuentro especial. Además, algún sábado por la noche disfrutamos en familia de una buena peli por televisión, cosa totalmente inusual en una pareja tan callejera y con un hijo de 22 años.
En este inesperado retorno a la vida tranquila de la infancia, no faltó el miedo. En primer lugar a enfermar, sobre todo cuando mi esposa se empezó a poner la masacarilla en casa, porque habían contraído la enfermedad varios de sus compañeros de trabajo. Durante 4 semanas me fui a dormir a la habitación vacía de la hija independizada, volcada en la teledocendia y con la que nos telecomunicábamos a menudo. Miedo a la muerte de mi suegro, que en plena semana santa se vio afectado por una neumonía bilateral como las que había tenido otras veces, y que tras dar negativo varias veces en la PCR, terminó reponiéndose en Ubarmin y volviendo a casa. Miedo a que mi madre no aguantara la soledad del confinamiento, tras 21 años de viudedad.
Por muchos años que viva, nunca olvidaré estos meses, y creo que junto a una realidad tan dura y desagradable, siempre recordaré también que para nada fui infeliz.




sábado, 16 de mayo de 2020

Amets...goxoa

Atzo distopia positiboa amestu nuen. Ez dut esango utopikoa izan zenik (ou-topos = lekurik gabea), herrialde batzuek antzeko zerbait dutelako, baina atsegina izan zen.

Irailerako "ikasgeletara itzulera segurua, adostua eta kalitatezkoa" prestatzeko eskatuz egindako Nafarroako irakaskuntzako sindikatu guztien mobilizazio bateratuaz pentsatzen, eguna errepasatzen lo egin nuen, . Bezperan erakunde horien guztien ordezkariekin bildu nintzen telematikoki, eta, ondoren, nire sindikatukoekin. Ideia-ekaitz gisa, iraileko itzulera hori nola imajinatzen genuen partekatzea proposatu nuen. Atzo oheratu nintzenean, jirabiraka jarraitu nion, eta amets egin nuen:

Pandemiaren ernamuinaren beldurrak bere hartan zirauen, eta are gehiago udazkena hurbil zela ikusita, baina aktibitatea frenetikoa zen dena prest jartzeko. Ez zen baliabiderik galtzen.
Etxabakoitzeko Bihotz Sakratua, Maristak, Jose Vila, Aralarko San Migel eta beste hainbat eskola zahar abandonatuak berriz ireki ziren, eta urteetan lerro bat besterik ez zuten ikastetxeak ikasgelak margotu eta erabili gabeko komunak txukuntzen saiatzen ziren. Izan ere, bitan banatu ziren hainbeste ikasle talde hartuko zituzten, aurrez aurreko irakaskuntza kutsaduraren aurkako distantzia fisiko nahikoarekin bateragarri egin ahal izateko.


Milaka irakasle kontratatu berri ari ziren eskolak prestatzen, eta orain arte ikasle kopuru bikoitza izan zutenekin koordinatzen ziren. Azkenean, herrialde aurreratuenen antzeko ikasle kopurua izango genuen gela bakoitzean, eta gauza on batek ekarri behar zuen koronabirusa. Telebistaren arabera, Madrilgo IFEMAn ospitale bat instalatu zuten bezala, behar izanez gero, Refenan, Arenan edo ikastetxeetako patioetan edo herrietako plazetan jarriko zituzten ikasgelak. Maiatzetik bertatik, argi zegoen gaia mugitzen ari zela, atsedenik gabeko jarduera batekin, eta UMEak ere laguntzen zuen.



Gastua kritikatu zutenek, dirurik ez zegoela esanez, isildu egin behar izan zuten Erriberako AHTaren lanak gelditu zirenean, eta diru hori guztia horretan gastatzea erabaki zuten. Pandemiak geratzeko etorri baziren, kalitatezko eskolak ere etorri behar zuen geratzeko. Nafarroa suspertzeko planek aurreikusten zuten datozen urteetan obra eta eraikin horiek guztiak egonkortzea epe ertainean. Oinarrizko eta funtsezko zerbitzuak publifikatuz, ospitaleko ohe, ZIU eta biztanleko lehen mailako arretako ekipo kopuru nazio aurreratuenek dituzten berera iristea erabaki bazen, ezinbestekoa zen, halaber, duela mende eta erdi Europan hori egin zutenekin parekatzea hezkuntzan.



Bat-batean, ikasle batek eskua altxatu zuen, eta zer nahi zuen galdetu nionean, esan zuen: "Joan den ikasturtean beldur izan nintzen ikaskideekin eta irakasleekin izango nuen harremana beti on line izango ote zen, eta nik eskolara etorri nahi nuen".


Irribarre hunkituarekin esnatu nintzen.

Un sueño...gozoso

Ayer soñé una distopía positiva. No diré que fue utópico (ou-topos=sin lugar), porque hay países que tienen algo similar, pero fue agradable.
Me dormí repasando la jornada, que había sido intensa, con una movilización unitaria de todos los sindicatos de enseñanza de Navarra, reclamando que se prepare bien para septiembre una "vuelta a las aulas segura, acordada y de calidad". La víspera me había reunido telemáticamente con los representantes de todas esas organizaciones, y a continuación con los de mi sindicato, a los que propuse compartir a modo de tormenta de ideas, cómo imaginábamos cada una/o esa vuelta de septiembre. Al  acostarme ayer, seguí dándole vueltas, y soñé con ello:

El miedo a un rebrote de la pandemia persistía, y más ante la proximidad del otoño, pero la actividad era frenética para ponerlo todo a punto. No se escatimaban medios. Se habían reabierto los viejos colegios abandonados del Sagrado Corazón de Etxabakoitz, Maristas, José Vila, San Miguel de Aralar y tantos otros, y los centros que desde hace años tenían una línea nada más, no daban abasto a pintar las aulas y adecentar los baños sin uso. No en vano, iban a acoger a tantos grupos de estudiantes que se habían desdoblado, para poder compatibilizar la docencia presencial con la suficiente distancia física contra el contagio. 
Miles de docentes recién contratadas/os preparaban sus clases y se coordinaban con quienes hasta ahora habían tenido el doble de ratio por clase. Por fin íbamos a tener un número de alumnas/os por aula similar al de los países más avanzados, algo bueno tenía que haber traído el coronavirus. Por la tele decían que al igual que en Madrid habían instalado un hospital en IFEMA, si era preciso se instalarían aulas en Refena, el Arena o en patios de colegios o plazas de pueblos, donde se viera más conveniente. Desde el mismo mes de mayo era evidente que estaba moviéndose el tema, con una actividad sin descanso, en la que colaboraba hasta la UME.
Los que habían criticado el dispendio diciendo que no había dinero, se habían tenido que callar cuando se paralizaron las obras del TAV en la Ribera y se había decidido gastar todo ese dinero en esto. Si las pandemias habían venido para quedarse, la escuela de calidad también tenía que venir para quedarse. Los planes de reactivación de Navarra ya preveían la estabilización de todas esas obras y edificios a medio plazo, en los años sucesivos. Si se había decidido llegar al mismo número de camas de hospital, UCIs y equipos de atención primaria por habitante que los países punteros, publificando los servicios básicos y esenciales, también se veía imprescindible equipararnos en educación a quienes habían hecho eso hace un siglo y medio en Europa.
De repente un alumno levantó la mano y cuando le pregunté qué quería dijo: "el curso pasado tuve miedo de que mi contacto con los compañeros y profes iba a ser ya siempre on line, y yo quería venir al colegio".

Me desperté con una sonrisa emocionada.


jueves, 19 de marzo de 2020

Reflexiones desde un confinamiento concienciador

Quienes nacimos durante la Guerra Fría, vivimos décadas con el temor a la guerra termonuclear, y vimos la evacuación y el confinamiento de regiones enteras tras el desastre de Chernobyl en 1986 y de Fukushima en 2011. Pero nunca nos imaginamos que un día nos veríamos en esa situación por una pandemia y un mundo no preparado para responder a ella.
La experiencia de permanecer semanas confinados en casa, va a marcar a toda una generación de jóvenes que ahora van a caer en la cuenta de las consecuencias, en sus propias vidas, de las políticas neoliberales de Milton Friedman aplicadas desde los tiempos de Tatcher y Reagan, tras la crisis del petróleo de los años 70 del siglo pasado. Entre aquella y la de 2008, muchos no fueron conscientes de que quienes provocan las crisis las aprovechan para profundizar aún más en el desmontaje de los restos del Estado del Bienestar, cuyo origen estaba en los años dorados (1950-1973), posteriores a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), y que servía de freno ante la opción de un sistema alternativo representado por el bloque comunista, que duró hasta 1991.
A mí, esta situación de confinamiento, y la crisis que se nos avecina, me coge mucho más preparado que la de 2008, más politizado, encuadrado y experimentado en una organización sindical de contrapoder, movilización y militancia activa. Ya sé que no es así para mucha gente, pero confío en que la inteligencia de muchos, les haga ver a lo largo de tantos días de reclusión, que la solución a esto no es solo ni primordialmente un asunto de solidaridad entre ciudadanos, sino sobre todo una cuestión de fortalecer la protección y  la organización pública. Tengo esperanza en que muchos de ellos reaccionarán como tantos otros lo hemos hecho ya.
Los primeros años 2000 me cogieron absorbido por las tareas de crianza, centrado sobre todo en la familia y la labor profesional, aunque siempre conservando el rescoldo del espíritu militante que tanto había desarrollado en mi juventud. Un lustro antes de que Stéphane Hessel entonara su "Indignez vous!" yo ya me había indignado por la marginación a la que el Régimen navarro sometía a la comunidad vascoparlante y a la cultura vasca, como si fueran responsables de que hubiera un MLNV que apoyara el uso de la violencia con fines políticos. 
Hasta que en 2011 estalló el 11-M, yo me había implicado ya en la defensa de un sistema educativo que asumiera las dos lenguas de navarra y su cultura, abierto al mundo pero sin caer en el colonialismo lingüístico del inglés, que desde finales de los 90 había empezado a ser utilizado como banderín de enganche, para disuadir del euskera a una población que desde los 80 lo incorporaba a su vida progresiva y crecientemente. Reflejo de mi postura, en 2008 publiqué con una compañera un artículo en "Berria" y en "Diario de Noticias", y en 2009 otro en este último medio, primeros de una larga lista.
En esos años me interesé por el instrumento político que a la larga fue fundamental para acabar con la Navarra de los quesitos, la coalición NaBAI, a la par que la alarma ante la crisis económica me llevó a participar en el "Colectivo Oportunidad", que luego se llamó Dale Vuelta, muchos de cuyos personajes destacados se implicarían posteriormente en Podemos, clave para el gobierno del cambio que acabó encabezando Geroa Bai entre 2015 y 2019.
Los salvajes recortes en educación, la mercantilización de la misma que trajo la LOMCE, así como el inglés vehicular en mi propio centro, me llevaron a un mundo para el que nunca había pensado que tuviera dotes: el campo sindical. Sin embargo, tras un año de implicación y asistencia a reuniones sindicales de mi sector de enseñanza concertada, en 2013 ELA me planteó liberarme para el mismo, y en ello sigo. Durante estos 6 años me he dedicado a intentar aglutinar al sector, empoderarlo, darle vuelta a los recortes y dignificar las condiciones laborales. El artículo de opinión que me publicó la prensa el pasado día 13 de marzo es el último de esa larga etapa de consecuencias de la crisis de 2008. Al día siguiente, el 14 de marzo, ya estábamos en estado de alarma y confinados por tiempo indefinido, y en puertas de una nueva crisis económica global.
Pero ya no va a ser como la anterior, no puede serlo. El coronavirus ha puesto en evidencia las fallas sistémicas de la globalización, el problema es el mismo sistema que hemos creado y sostenido, que no está centrado en la vida de las personas (tampoco del planeta) y por lo tanto no dispone los medios colectivos para sostenerla y darle plenitud, organizando la economía y la política desde bases totalmente renovadas. El confinamiento de la totalidad de la población nos va a hacer reflexionar, y cuando acabe hay que emprender una nueva etapa de activismo transformador. Si no estamos perdidas/os, lo estamos viendo cada minuto de este encierro interminable, que no va a salirle gratis al sistema, ¡seguro!.

domingo, 16 de febrero de 2020

NO ROBARÁS (mi aportación al Congreso de Laicos de este fin de semana en Madrid)


(Aportación de un profesor de enseñanza concertada en Odisea sindical al
Congreso de Laicos “Pueblo de Dios en Salida”, Madrid 14-16 de febrero de 2020
Ser signo e instrumento del anuncio del Evangelio para la vida del mundo”*)


Comencé a trabajar en el que es mi empleo de toda la vida el día que cumplí 26 años, en 1989. 3 años antes me había licenciado en Historia, pero la crisis de los años 80 y la alta tasa de paro de la época me había afectado directamente, por lo que tardé todo ese tiempo en encontrar trabajo.

Recortes con ocasión de la crisis

En mayo de 2010 a toda la plantilla de mi sector nos bajaron el salario, algo que nunca antes había ocurrido: a unos nos bajaron el 6,7% y a otros el 4,8%, emulando la bajada aplicada al funcionariado, que había sido del 5%.
Un mes más tarde el gobierno de Zapatero aprobó una reforma laboral que empeoraba sustancialmente las condiciones laborales para las personas trabajadoras.
En enero de 2011 Zapatero consiguió que UGT y CCOO aceptaran retrasar la edad de jubilación de los 65 a los 67 años.
En febrero de 2012 Rajoy aprobó su reforma laboral, que volvió a empeorar las condiciones de los convenios, salarios, de la juventud y las jubilaciones.
En junio de ese mismo año, el Gobierno de Navarra en manos de UPN aplicó el RDL 14/2012 que las autonomías socialistas no aplicaron, y en mi sector nos volvieron a bajar el salario otro 2,5%.
Finalmente, en diciembre de 2012 los gobiernos dejaron de abonar la paga extra de navidad a sus empleados.

Actuación de las patronales de educación católica en el conflicto

A diferencia de los sindicatos, las patronales Escuelas Católicas y CECE no participaron en ninguna acción de protesta ni se posicionaron públicamente sobre los recortes, a pesar de su ideario cristiano.
Por el contrario, en 2012 firmaron un acuerdo con el Gobierno de Navarra, en manos del partido de derecha regionalista Unión del Pueblo Navarro (UPN), por el cual ahorraban a éste 3.900.000 € anuales de financiación de la red concertada, recortando en varios puntos, entre los cuales estos eran los más destacados, y todavía se mantienen:
  • Bajada del salario del profesorado en un 2,5%, y en un 2% al personal de administración y servicios (acompañado de la rebaja de un 2% del módulo de otros gastos que financia a los colegios).
  • El abono de las sustituciones del profesorado no será hasta los 15 días desde su baja.
En diciembre de 2012 las patronales ahorraron a dicho gobierno el pago de la extra de navidad al personal de enseñanza concertada, haciéndose cargo ellas de dicho abono, por valor de en torno a 4 millones de euros. Posteriormente recibieron de la presidenta de Navarra el compromiso de que se lo devolvería antes de acabar la legislatura 2011-2015, cosa que no cumplió, salvo los 500.000 € que les abonó pocos días antes de abandonar el poder definitivamente.
En 2017 las patronales firmaron un Acuerdo de enseñanza concertada con el Gobierno de Navarra, ya en manos de un cuatripartito de izquierda, y con los sindicatos SEPNA, UGT y LAB, por el que se subía el salario del personal en igual porcentaje que al funcionariado, pero que al suponer un retroceso en algunas condiciones laborales (bajada de 4 a solo 2 horas lectivas de reducción por edad al cumplir los 57 años, fin del acuerdo de recolocación y práctica exclusión de la formación pública) ELA no lo firmó.



Carta encíclica “Laborem exercens”, 12, de Juan Pablo II (1981):

"12. Prioridad del trabajo

Ante la realidad actual, en cuya estructura se encuentran profundamente insertos tantos conflictos, causados por el hombre, y en la que los medios técnicos —fruto del trabajo humano— juegan un papel primordial (piénsese aquí en la perspectiva de un cataclismo mundial en la eventualidad de una guerra nuclear con posibilidades destructoras casi inimaginables) se debe ante todo recordar un principio enseñado siempre por la Iglesia. Es el principio de la prioridad del «trabajo» frente al «capital». Este principio se refiere directamente al proceso mismo de producción, respecto al cual el trabajo es siempre una causa eficiente primaria, mientras el «capital», siendo el conjunto de los medios de producción, es sólo un instrumento o la causa instrumental. Este principio es una verdad evidente, que se deduce de toda la experiencia histórica del hombre."

Lectura del santo evangelio según san Juan (10,1-10):

EN aquel tiempo, dijo Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon.
Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos.
El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante».


Reacción del sindicato ELA en mi sector

El sindicato ELA tiene implantación en la Comunidad Autónoma del País Vasco y en la Comunidad Foral de Navarra, siendo en la primera el sindicato mayoritario (40%) y en la segunda el tercer sindicato a sólo 2 puntos por debajo del primero.
En el sector de enseñanza concertada, ELA aboga por el convenio autonómico, que en la CAPV tiene firmado desde 1988 y acaba de renovar, y en Navarra, aunque en el año 2.000 todos los sindicatos hicieran 2 días de huelga para tratar de conseguirlo, hace tiempo que ELA trabaja casi en solitario para que lo haya.
ELA organizó 5 huelgas generales en todo el período de recortes y reformas laborales y de pensiones, oponiéndose con uñas y dientes al austericidio, que ahora hasta el FMI reconoce que se perpetró.
En 2010 en la CAPV se aplicó al personal de enseñanza concertada el recorte salarial del 5% equivalente al del funcionariado, pero ELA lo llevó a los tribunales y ganó en el Supremo. Aún así las patronales intentaron no abonar a las plantillas lo recortado, y ELA convocó hasta 5 días de huelga, consiguiendo que los trabajadores recuperaran todo lo recortado indebidamente, siendo los únicos de todo el estado en lograrlo.
En Navarra ELA también llevó a los tribunales el recorte salarial de entre el 4,8 y el 6,7% de 2010, pero se perdió en el Supremo porque éste sentenció que el Sindicato de Enseñanza Privada de Navarra (SEPNA-FSIE) tenía firmado un acuerdo de analogía retributiva respecto al sector público.
En junio de 2012 ELA convocó las primeras movilizaciones del sector desde hacía mucho tiempo, junto con todos los sindicatos, a la puerta de los colegios y ante la consejería de Educación, para tratar de impedir que se aplicara en Navarra el RDL 14/2012, pero antes de finalizar el mes, SEPNA, Educación y las patronales firmaron el Acuerdo citado más arriba, que aplicaba a las plantillas los recortes de dicho decreto.

Mi implicación en la tarea sindical a partir de estos hechos

En junio de 2010, ante la huelga general convocada por ELA y LAB para protestar por la reforma laboral de Zapatero, una compañera de trabajo que también pertenece a la Acción Católica, y yo mismo, hablamos con una delegada de este último sindicato en mi colegio, para que hiciéramos una asamblea para sumarnos a la huelga general del día 29, pero nos contestó que el día de la huelga ya no teníamos alumnos y estábamos de excursión de trabajadores, y que no merecía la pena. Nos quedamos estupefactos al ver que por primera vez en nuestra vida nos aplicaban fuertes recortes salariales, y el comité de empresa no hacía nada.
El 29 de septiembre UGT y CCOO organizaron otra huelga general por el mismo tema, y otra vez pedimos al comité de empresa (3 delegados de UGT y 2 de LAB) que convocara una asamblea de trabajadoras/es. Primero debatimos sobre si íbamos a votar para que la huelga fuera vinculante. Así solíamos hacer en mi colegio siempre que la huelga era laboral, y las últimas huelgas que habíamos apoyado masivamente habían sido la del 27 de enero de 1994 contra la reforma laboral de Felipe González, así como la huelga de dos días de enseñanza concertada de Navarra en 2.000. La titularidad del centro ya no estaba en manos de una religiosas que siempre habían tenido una sensibilidad social progresista, sino en manos de religiosos. Algunos compañeros pertenecientes a la fraternidad religiosa intervinieron en la asamblea en contra de las huelgas, y no daban importancia a los recortes salariales, pues decían que nuestro salario era alto, y más en comparación con los salarios que habían visto que se cobran en países latinoamericanos donde habían estado de cooperantes. Nos quedamos estupefactos al ver la falta de conciencia social, de formación en la Doctrina Social de la Iglesia, de conciencia política en contra de un austericidio que recorta a las clases trabajadoras para dar a la gran banca. Se votó y salió que todos íbamos a vincularnos en la decisión que tomáramos, pero a continuación salió un no mayoritario a la huelga general, por lo que nadie la secundamos.
Desde entonces participé junto con unos pocos compañeros/as en la huelga de ELA y LAB del 27 de enero de 2011 contra la reforma de las pensiones de Zapatero acordada con UGT y CCOO, en la unitaria del 29 de marzo de 2012 contra la reforma laboral de Rajoy y en otras dos más en los meses sucesivos.
Paralelamente a ésto, en el seno de la Acción Católica General se planteó hacer una Campaña sobre el desempleo, y los grupos de AC de las diócesis de Bilbao, Vitoria-Gasteiz y Pamplona-Iruña la emprendimos de manera coordinada en el curso 2011-2012. Después de meses de campaña en la que comenzamos por un ver y seguimos con un juzgar, llegamos al compromiso de que como parte del actuar, mi compañera y yo nos íbamos a afiliar a ELA, algo que hicimos después de hablar con un antiguo coordinador de dicho sindicato en Navarra, perteneciente también a una comunidad cristiana de base.
Desde entonces comencé a acudir a reuniones del sindicato, y suponía que cuando llegaran las elecciones sindicales de 2014 me propondrían que encabezara una lista de ELA en mi empresa. Pero cuál fue mi sorpresa cuando en junio de 2013 el sindicato me planteó liberarme para la enseñanza concertada en Navarra. Al principio rechacé la propuesta, pues nunca me había visto como sindicalista, pero tras la insistencia de los responsables del sindicato, acepté. Les dije: “creo que me he metido en un lío”, y mi jefe en el sindicato, antiguo alumno de mi colegio, me dijo: “Sí, te has metido en un lío, pero vas a estar a gusto”. Y así ha sido hasta hoy.
Pronto vi que tras un primer año de aterrizaje y formación, el segundo año que fue electoral iría seguido de una legislatura en la que había que hacer valer la fuerte subida de un 60 % de delegados de ELA (en mi colegio pasamos de 0 a 3 de los 5 delegados del comité, mayoría absoluta), a fin de mejorar las condiciones laborales de las plantillas del sector, mediante la movilización y la negociación.
Esto es lo que intentamos hacer. Pero como se ha visto más arriba, los recortes no han sido revertidos e incluso en algunas cuestiones hemos ido para atrás. No ha sido porque mi sindicato no haya luchado, consiguiendo presentar candidaturas en muchos colegios, a pesar de la hostilidad de las patronales y de su afinidad con otros sindicatos, de su tibieza ante la LOMCE y de su asunción acrítica del colonialismo del inglés con los programas llamados de bilingüismo en lengua extranjera, que dañan la equidad, sobrecargan de trabajo a los niños en su infancia y vacían los currículos, perjudicando sobre todo a las familias con menos recursos. 
La Cámara de Comptos de Navarra, prestigiosa institución que fiscaliza las cuentas desde el siglo XIV, en su informe de fiscalización de la enseñanza concertada, dice que en relación con las horas lectivas semanales que debe impartir el personal docente, en los centros públicos son 20 horas y en los concertados 23; además, en el ámbito público las horas de vigilancia del recreo computan como horas lectivas y en el concertado no (…) En cuanto a las retribuciones, las del personal docente en los centros públicos son mayores tanto las básicas como las personales”. Y respecto al debido control del dinero público añade que si bien se han iniciado algunos cambios (…) no hemos constatado la aplicación real de los mismos, por lo que no podemos afirmar que el control sea adecuado”, y recomienda crear una unidad específica en Educación para controlar anualmente el dinero público que se invierte en la red, aclarando qué gastos son financiables, controlar los procedimientos de contratación del personal, verificar si se cumplen los horarios y funciones del personal que las empresas comunican al gobierno, etc. El trabajo sindical de ELA en los comités ha ido encaminado a mejorar la situación del personal, intentando aclarar temas que siempre han sido tabú, y que coinciden con los principales descontroles que cita Comptos. ¿Cuántas horas de clase pagadas por Educación recibe cada centro por curso? Las empresas nos han negado la respuesta, a pesar de que la financiación es pública. A Educación le solicitamos por instancia la respuesta, entre otras informaciones, acogiéndonos a la ley de transparencia, y por primera vez recibimos los datos correspondientes a cada centro. Cuando comparamos ese montante total de horas financiadas,con la suma de las que figuran en el horario real de todo el profesorado, vimos que había un cupo de horas que no sabemos quién las ejerce y cobra, y que si se repartieran de otro modo bajaría la enorme carga de trabajo del personal. La empresa sabe pero no es transparente, Educación también, pero no inspecciona si a quienes les paga la nómina, realmente trabajan esas horas.
Hemos luchado por mejorar la situación de las plantillas manteniendo nuestra independencia política y económica como sindicato, ante gobiernos de uno y otro signo. Y hacemos pedagogía con las plantillas para que tomen conciencia de que solo con una representatividad mayoritaria confiada a ELA, como en la CAPV, consegirán mejorar sustancialmente, aun a costa de luchar, para lo cual el sindicato está preparado y dispone de caja de resistencia para afrontar conflictos largos y duros. No hay que olvidar que en Euskadi, tras 29 días de huelga, acaban de conseguir un convenio de enseñanza concertada con mejoras históricas, como la recuperación de la prejubilación al 75% con relevista indefinido al 100% de jornada, reducción de jornada laboral en PAS y cupo de horas a trabajar en casa para los docentes, recuperación de la mitad del poder adquisitivo perdido, recolocación en colegios de la red ante la bajada de la natalidad, etc.

A modo de conclusión

Las organizaciones de Iglesia deben afrontar un análisis de la realidad y hacer una lectura creyente de la misma, a fin de emprender una acción transformadora de las personas y de las estructuras que construya un mundo más justo, aun a costa de enfrentarse a los poderes económicos, políticos y culturales de este sistema capitalista tan alejado del Evangelio de Jesús de Nazareth.

*Esta aportación la sitúo en dicho Congreso en el Itinerario 4: Presencia en la vida pública, Línea temática 2: el compromiso en el mundo del trabajo y en los sindicatos. Propuesta: Contribuir al establecimiento de unos criterios más humanos y más evangélicos que guíen la actuación de la ciudadanía y, sobre todo, de las instituciones eclesiales y de los cristianos ante los recortes que se tiende a aplicar cuando sobrevienen las crisis económicas. Breve descripción y justificación: Un profesor liberado por el sindicato ELA para el sector de enseñanza concertada navarra, desde su experiencia de la espiritualidad cristiana vivida en la ACG, relatará la experiencia sindical a lo largo de los años de la crisis y de la actual etapa, destacando el papel de las patronales, gobiernos y sindicatos, y proponiendo una alternativa más humana y cristiana de actuación.

sábado, 8 de febrero de 2020

La deseable solvencia en la clase política

Esta semana me ha tocado entrevistarme con varias personas que se dedican a la política, y he salido con un ansia de mayor solvencia, que echo de menos en bastantes de esas personas.
Desde que me dedico a la labor sindical, mis entrevistas con cargos públicos suelen ser para explicar una realidad necesitada de mejora o reivindicar la reversión de recortes o la superación de agravios comparativos.
Cuando dichos cargos son afines a mi ideología o posicionamiento en el eje derecha-izquierda, es cuando más me ha dolido esa insolvencia, que el diccionario de la RAE  define como "capacidad de cumplir una obligación, un cargo, y más en especial, capaz de cumplirlos cuidadosa y celosamente". Al darse esa afinidad, a menudo he percibido por parte de quienes son interlocutores, una especie de reproche desde una autoimagen de víctimas que no reciben el suficiente respaldo cuando están en el poder e incluso a veces que por eso lo han podido perder. Me parece el mundo al revés, pues como sindicalista siempre tengo conciencia de representar a la parte débil de la que el poder no se acuerda suficientemente. Me gustaría que esas personas que se dedican a la política no lloraran ni se quejaran, sino que tomaran conciencia de que están en el lado del poder (mayor o menor), empatizaran con quien acude con justas reivindicaciones y trataran de ser solventes, incluso en el caso de que el problema no lo puedan resolver a corto o medio plazo. Lo cual con humildad siempre se puede explicar.
Como esto no se suele dar, me resulta muy doloroso participar en reuniones de ese tipo, pues sufro mucho por las tergiversaciones, reproches, insinceridades, prepotencias e incluso faltas de educación.
El culmen de todo esto lo viví mientras el anterior gobierno estaba en funciones, cuando nos recibió un político situado en mis antípodas ideológicas. Además de llegar media hora tarde e intentar esquivarnos, una vez sentados en la mesa y exponer nuestro planteamiento, su respuesta fue: "pues id a quejaros a vuestro gobierno". Con esa frase dejaba claro que no creía en un gobierno para todos, y que al que había entonces lo consideraba el de los otros. Me pareció el colmo del sectarismo, y dejaba claro que si llegaba de nuevo al poder, no pretendía ser el gobierno también para nosotros, sino solo para los suyos.
Posteriormente, en otoño, acudimos a una ronda con todos los sindiatos a la que nos convocaba el consejero del ramo en el que trabajo. Éramos la última organización a la que recibía, y comenzó diciendo que nos citaba en su despacho pero podía haber sido en una cafetería, pues era un primer contacto informal y no podíamos comentarle más de un par de asuntos brevemente, los más urgentes para nosotros, pues tenía prisa. Aunque habíamos preparado a fondo la entrevista, tuvimos que limitarnos a lo que nos proponía y tansmitirle por escrito el resto. Al día siguiente vimos en la prensa el interés de habernos recibido a todos los sindicatos: mencionar a cada uno en una nota de prensa en la que pretendía hacer ver que había dialogado y dado participación a todos. Muy poco solvente, porque además, de las dos cosas que le dijimos y de las que tomó nota, meses después nos consta que ni las ha abordado.
Con algunos cargos más afines, con los cuales he tenido en el pasado relación más estrecha, y a los que he aportado con generosidad lo que estaba en mi mano, he sufrido a veces incluso mal trato, que solo lo entiendo desde quien piensa que las personas y organizaciones le deben pleitesía y sumisión clientelar. Me parece un signo de debilidad y de insolvencia.
Es en este sentido en el que reivindico la palabra solvencia, ojalá la encuentre cuando en lo sucesivo tenga contactos del tipo que he descrito. Yo también trato de vivir esto que predico.