lunes, 4 de septiembre de 2023

¿PERESTROIKA en UPN, con "k" de euskera? ¡Ojalá!

Me encantaría ver un angioma virtual, con forma de única zona vascófona en toda Navarra, en la cara de Esparza, como el que lucía Gorbachov. Se pondría fin a un despropósito que solo ocurre en la Comunidad Foral, a diferencia del resto de CCAA con lenguas cooficiales: que los derechos lingüísticos están zonificados, caso inaudito en el mundo entero.

 

Los 12 años que va a estar UPN sin formar parte del Gobierno de Navarra, parece que empiezan a pesar tanto en el ánimo del primer partido de Navarra que, según leemos en la prensa de los últimos días, en esa formación política se van a plantear "espacios de debate con diferentes, desde el respeto a nuestros principios y desde el respeto a todas las maneras de sentirse navarro, a todas las sensibilidades", abriéndose a futuros pactos con Geroa Bai.

Sería una magnífica noticia que podría cambiar radicalmente el tablero político navarro, para bien de la cohesión lingüística y cultural, de la convivencia y de los derechos humanos más básicos, como son los derechos lingüísticos de una comunidad hablante minorizada, sustento de uno de los pocos idiomas pre-indoeuropeos de nuestro continente, que es una joya de toda la Humanidad.

UPN saldría muy beneficiado, y tanto más cuanto antes tome la iniciativa política en este tema, siendo él mismo quien proponga la homologación de la LORAFNA en lo lingüístico con el estatuto de autonomía de cualquiera de las citadas CCAA. Dejaría a su derecha al PSN, única federación del PSOE que en este tema mantiene, desde 1982, posiciones como las que VOX impulsa ahora en las CCAA donde cogobierna con el PP.

 En muchas ocasiones he dicho que el mayor error de UPN (y también del PSN*) ha sido su postura respecto al euskera, que incluso ha llevado al Régimen anti-vasco que ambos partidos montaron, a intentar convertir Navarra en una cuasi-colonia británica con el PAI, al exigir título de lengua extranjera para impartir docencia generalista, con la Ley Foral 11/2022. Hasta tal punto de absurdo ha llegado el tema, que el mismísimo Javier Esparza, si abandonara la política ahora que ya no va a ser candidato, tendría casi imposible volver a la docencia en su colegio concertado, pues desde hace años, en dicha red prácticamente no se contrata a nadie que no tenga título de inglés, convirtiendo un mérito, siempre valorable, en un requisito que no se exige en ningún país para acceder a la docencia normal, no especializada en la impartición directa de una lengua extranjera.

Hasta directores de colegios del Opus me han reconocido en alguna ocasión que no tendrían ningún problema en implantar la asignatura de euskera en sus colegios (Modelo A) si lo sufragara el gobierno de Navarra. La ley actual hace que los centros con dicho modelo desdoblen sus aulas a la hora de euskera, ya que no es obligatorio, y parte del alumnado cursa en el Modelo G (inexistente en el resto de CCAA con lengua cooficial). Si hiciéramos como en la CAPV desde 1980, todo el alumnado cursaría euskera, unos en los centros del Modelo D y otros en los del A. Todos estudiarían también lengua extranjera, como hacen en todos los países, sin PAI.

Ya en abril de 1984, el EBB del PNV se planteó abstenerse para facilitar que Juan Cruz Alli** presidiera Navarra, aunque aquello fracasó. Si ahora UPN volviera al vasquismo que tradicionalmente respaldaba la derecha en el pasado lejano, el PNV podría de nuevo estar dispuesto a algo parecido, aún a costa de movimientos telúricos en todo el espectro político navarro, quizá mayores que los que se dieron en aquellos años 80 con la escisión del PNV y el surgimiento de EA.

Si UPN se abre al vasquismo, tendrá que buscar algún mirlo blanco para cartel electoral, como se apuntaba este fin de semana en la prensa. En el último año he asistido a la presentación de sendos libros de dos ex-altos cargos de la Cámara de Comptos y del Ararteko de Navarra, muy ubicables en el centro-centro, pero muy volcados hacia el vasquismo unido al ser navarro. Por ahí deberían buscar, y seguro que encontrarían. Hasta podrían arrasar en ciertos segmentos de votantes.

El rechazo al pre-político Napartheid, que a algunos nos llevó, hace tantos años ya, a implicarnos en lo político, quedaría atrás, y desde la derecha españolista hasta la izquierda independentista, todos serían impulsores de la lengua y cultura vasca. Eso destensaría muchísimo la convivencia en Navarra. Incluso ayudaría a que la cuestión de Estado que condiciona tanto la vida de Navarra, se fuera dirimiendo como en Escocia o en Quebec, en función de la democracia, y no de la obediencia al testamento de Franco. Y entonces algunos votaríamos teniendo sobre todo en cuenta el eje izquierda/derecha.


* Fue Juanjo Lizarbe (y no Santiago Abascal), ex-secretario general del PSN, quien como abogado de UGT, tumbó en el TSJN varios artículos del DF del Euskera en la administración del cuatripartito de Barkos. 

** Alli presidió Navarra de 1991 a 1995, al ser la lista de UPN-PP la más votada. Su apertura al vasquismo le llevó a ser expulsado de UPN, pero logró 10 escaños con CDN en las elecciones forales de 1995, y fue vicepresidente del tripartito que elaboró el plan más ambicioso visto nunca respecto al euskera y que acordó un Órgano Común Permanente entre Navarra y la CAPV.